viernes, 9 de marzo de 2018

"UnREAL" y "THE GOOD FIGHT": ellas y el poder

Cada vez tenemos más series protagonizadas por mujeres (ya era hora) centradas en personajes femeninos complejos, con aristas y ambigüedades morales. Dos buenos ejemplos de ello son “UnREAL”, la sátira de Lifetime sobre el mundo de los dating shows y la televisión en general, y “The Good Fight”, el spin-off de “The Good Wife” centrado en el regreso de Diane Lockhart a la abogacía tras perder todos sus ahorros para la jubilación. Y da la casualidad que ambas han estrenado temporada nueva estos últimos días, por lo que es el momento perfecto para repasar cómo han sido esos regresos.


“UnREAL” estrenó hace unos días sus nuevos capítulos con la principal tarea de remontar el vuelo tras una segunda temporada bastante renqueante. Y lo hacía con la novedad principal de que el soltero de oro ha pasado de ser un hombre (como en sus dos primeras temporadas) a una mujer. Para ello, Quinn acude en busca de Rachel que tras lo sucedido en el caótico final de la segunda temporada, se ha refugiado en una especie de retiro espiritual que le mantiene desconectada del resto del mundo y que le obliga a decir siempre la verdad. Una bomba de relojería,vamos.


Tras su regreso, empieza el rodaje de la nueva temporada del reality, “Everlasting”, y con este los primeros roces, principalmente por culpa de su nueva protagonista, Serena Wolcott, una empresaria y filántropa de éxito (Caitlin Fitzgerald, a la que hemos visto como esposa de Michael Sheen en “Masters of Sex”), que no parece estar dispuesta a dejarse mangonear ni por Rachel ni por Quinn a la hora de crear juego televisivo y que tiene las ideas muy claras de la imagen que quiere transmitir y de su finalidad en el programa. 


Es cierto que no podemos decir que este arranque haya sido aburrido, pero sí que es verdad que no nos aporta nada que no hayamos visto hasta ahora. Cambiar su soltero de un hombre a una mujer no es lo suficientemente atrayente como para compensar que todo lo demás sigue siendo exactamente lo mismo. El mismo perro con distinto collar. Sí que es cierto que tanto Rachel como Quinn son personajes lo suficientemente atrayentes como para no querer perderlas de vista, pero el “money, dick, power” suena cada vez más aburrido y menos original. ¿Cuánto tardarán en tirarse de los pelos una a la otra? ¿cuánto tardará alguno de los capullos que las rodea en atribuirse un mérito que no se merecen a costa de ellas? ¿cuánto durará nuestra paciencia? 

Si “UnREAL” va dando poco a poco dando síntomas de agotamiento, todo lo contrario parece estar ocurriendo con “The Good Fight”, cuyo primer episodio de la segunda temporada no puede ser más prometedor, gracias en parte al inagotable magnetismo de su protagonista principal y también a unas tramas rabiosamente pegadas a la actualidad. Sí, Trump sigue siendo en estos nuevos episodios casi un personaje secundario más y las consecuencias de su ascenso al poder son visibles y palpables en cada una de las decisiones que toman sus protagonistas.

Diane no acaba de encontrar su lugar en la firma para la que trabaja, “Reddick, Boseman y Kolstad” y los cambios que se avecinan tras la muerte de uno de los socios fundadores, Reddick, parece que harán mella en su presente y su futuro. Precisamente en el funeral, descubre que la hija de Reddick, Liz Reddick-Lawrence (interpretada por Audra McDonald, que recupera el personaje que interpretó esporádicamente en “The Good Wife”), ex esposa de su compañero Adrian Boseman, ha sido despedida de su puesto como fiscal tras unos desafortunados tweets contra Trump. Eso la convertirá en un objetivo para muchas firmas y en un mundo tan competitivo, Diane será consciente de que pronto deberá posicionarse y convertirse en su aliada si no la convierten antes en su enemiga. 


Marissa sigue en su empeño por convertirse, cueste lo que cueste, en investigadora de la firma y no sólo en la asistente de Diane y Maia sigue sufriendo las consecuencias de los actos cometido por sus padres que llevaron a la ruina a miles de personas y que se ha convertido en uno de los focos mediáticos de la ciudad de Chicago. Sus declaraciones y todo lo que recuerda de ellos son cruciales para dar con el paradero de su padre y la agente del FBI Madeline Starkey (maravillosamente interpretada por Jane Lynch) es consciente de ello, por lo que está dispuesta a lo que sea para que Maia “cante”. Como aliada principal cuenta con Lucca, que está volcada en su defensa tras su ¿ruptura definitiva? con Colin Morello (Justin Bartha).

En este caso, al contrario de lo que ocurre con “UnREAL”, sí que hay ganas de más Diane Lockhart, de más Maia Rindell, de más Lucca Quinn y en definitiva de más “The Good Fight”, una serie que empezó como spin-off de su hermana mayor pero que gracias a su paso a la televisión por cable y al empaque de su protagonista, ha conseguido una entidad propia que no puede resultar más entretenida, adictiva y solvente. Alabada sea Christine Baranski.

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