lunes, 28 de marzo de 2016

Dramas médicos: "Code Black" y "Heartbeat"


Hay determinadas profesiones que siempre tienen cabida en televisión. Por ejemplo, los abogados. Siempre hemos tenido en emisión alguna serie de abogados: “La Ley de los Ángeles” a finales de la década de los 80; “Ally McBeal” en los 90, “El abogado” y su spin off “Boston Legal” a principios de este siglo y más recientemente series como “How to get away with murder” o la obra maestra de “The Good Wife”. Y algo parecido sucede con los dramas médicos ya que en las tres últimas décadas hemos visto pasar por nuestros televisores series como “Doctor en Alaska”, “Urgencias”, “House”, “Nurse Jackie” o la sempiterna “Anatomía de Grey”. Pero de entre todos los que se emiten en la actualidad, vamos a dejar de lado la veterana Meredith Grey y otras propuestas populares como “Chicago Med” para centrarnos en una que acaba de finalizar temporada y otra recién estrenada: “Code Black” y “Chicago Med”.

Si pudiésemos clasificar las series médicas en dos categorías, estas serían “series sobre casos médicos con tramas personales y sentimentales de sus protagonistas de fondo” (como lo fue “Urgencias” en su momento) y “series sobre tramas personales y sentimentales que transcurren en hospitales” (como lo es “Anatomía de Grey”). Y “Code Black” es un claro ejemplo de lo primero. Es un drama médico sobre las Urgencias del Angels Memorial de la ciudad de Los Ángeles, un hospital con una afluencia de pacientes sustancialmente superior al resto (algo que la cabecera nos recuerda en todos y cada uno de los capítulos). Y ahí es donde empiezan a trabajar cuatro nuevos residentes bajo la atenta supervisión de la doctora Leanne Rorish (maravillosa como siempre Marcia Gay Harden).


Con “Code Black” volvemos a meternos de lleno en el frenesí de una sala de urgencias con sus casos a cada cual más inverosímil, sus colapsos, sus huelgas de enfermeros o las típicas tramas románticas de residente que se lía con su jefe o triángulos amorosos predestinados al fracaso. Contado con un estilo casi documental (no obstante está basado en uno) en el que la cámara se cuela en cada uno de los pacientes, cada una de las intervenciones y cada una de las inevitables luchas de egos entre los futuros médicos. Un procedimental, por tanto, con escasas tramas que perduran a lo largo de los episodios (quizás únicamente las sentimentales) y que en realidad, no nos plantea nada nuevo que no hayamos visto antes. Pero aun así consigue un par de cosas que no todas logran y son: no resultar repetitiva como le sucedió a “House” a partir del tercer capítulo y ser entretenida, algo que parece que olvidamos actualmente a la hora de sentarnos a ver la tele.

La primera temporada de 18 capítulos terminó el pasado 24 de febrero con la duda acerca de la renovación cerniendo sobre su cabeza. Y es que a pesar de que Les Moonves, director ejecutivo del canal CBS, afirmó hace unas semanas la intención de renovar sus cinco estrenos de esta temporada (entre los que además de “Code Black” se encuentra “Supergirl”, “Limitless” y “Life in Pieces”), la confirmación oficial aún no ha llegado. Y es que sus audiencias son más bien justas, pero si algo hemos aprendido esta temporada es que no todo son los datos de audiencia. Yo particularmente, espero su renovación.


Y volviendo a utilizar la clasificación antes mencionada, “Heartbeat” sería un claro ejemplo de “serie sobre tramas personales y sentimentales que transcurren en el trasfondo de un hospital”. Hasta tal punto que por muchos críticos ha sido calificada como la nueva “Anatomía de Grey” (como si a esta no le quedasen 35 o 40 temporadas más en las que maltratar al personaje de Meredith). Aquí tenemos a Melissa George, a la que hemos visto en “Alias” o “The Good Wife” interpretando a Alex Panttiere, una prestigiosa cirujana especializada en trasplantes de corazón con ciertas dificultades para compaginar su vida personal y profesional. Esta protagonista impulsiva, malhumorada, malhablada y con ciertos problemas para controlar su carácter tiene en su entorno a un ex marido homosexual y estrella del rock, dos hijos en plena adolescencia, un novio que desea dar un paso adelante y formalizar su relación yéndose a vivir con ella y un ex “algo” que regresa a trabajar a su mismo hospital  después de varios años sin saber nada el uno del otro. Con esta descripción planteada en el primer episodio podemos hacernos a la idea de que las tramas sentimentales de la protagonista pesarán más que aquellas centradas en su entorno laboral.


El lastre aquí es que a pesar del buen ritmo del Piloto y a pesar del guiño a “Urgencias” con la mención a George Clooney, hay cosas que chirrían como el forzado (por no decir “raruno”) toque cómico que se le pretende dar al personaje protagonista y a alguno de sus secundarios, o  la aparente excesiva ligereza general del producto. Algo que esperemos vayan solucionando a lo largo de los episodios con tramas como la de la hermana de Alex. Esta primera temporada contará con sólo 10 episodios debido al embarazo de la actriz protagonista y se ha estrenado con unas audiencias algo discretas (1.4 en las demos del primer capítulo y 0.9 las del segundo emitido al día siguiente). Veremos como evoluciona.


 


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